Según un nuevo artículo de Kotaku, Activision no está contenta con el rendimiento de Destiny 2 desde su lanzamiento. Durante la misma llamada de ganancias, el jefe de Activision Publishing, Coddy Johnson, reveló que la compañía quiere mejorar el ritmo de la innovación y la cadencia del contenido del juego.
Esta interpretación se cimenta aún más por el hecho de que el fabricante de juegos está regalando actualmente copias de Destiny 2 en PC, hasta el 18 de noviembre. Este tipo de señales no pintan una imagen positiva del juego. Y ahora ha quedado claro que Activision quiere más dinero de la franquicia.
Johnson continuó diciendo:
Todavía no hemos visto a todo el núcleo reengancharse a Destiny, lo que ha provocado en cierto modo el bajo rendimiento respecto a las expectativas hasta la fecha. Creemos que algunos jugadores todavía están en modo ‘esperar y ver’. Si están dentro, están profundamente comprometidos. Si no lo están, esperamos que ahora sea el momento de volver a atraer a los jugadores y recuperarlos.
La empresa de desarrollo de juegos admite que a la compañía le ha ido bien en cuanto a sus ingresos globales. Y los jugadores que tienden a no gustar de las microtransacciones son definitivamente escépticos sobre todo esto. Existe la percepción general de que, dado que Activision ganó 4.000 millones de dólares con las microtransacciones el año pasado, hay que preguntarse cuánto dinero es suficiente para la empresa y sus inversores.
Algunas interpretaciones más cínicas pueden apuntar a estas declaraciones y ver la escritura en la pared sobre Activision queriendo más monetización en sus juegos. Actualmente, los jugadores de Destiny 2 pueden comprar Plata a cambio de dinero real y luego usar esa Plata para comprar cosméticos como Engramas Brillantes y otros artículos. Pero está por ver cómo actúa Activision con estos planes.
Pero dado que la industria de los juegos, al menos en lo que se refiere a los editores AAA, se está centrando mucho en hacer que los juegos sean más atractivos, lo que en estas circunstancias significa que un juego está diseñado intencionadamente para hacer de él un festival de jugabilidad que no es divertido, pero que mantiene a los jugadores enganchados a través de interminables bucles de juego. Esta es la idea central que parece llevar a muchos editores a impulsar modelos de monetización que presionan más a los jugadores para que suelten más dinero. De este modo, estas empresas pueden obtener más dinero de una base de jugadores más pequeña. Si Activision se lanza a esta mentalidad con Destiny, no se sabe lo que podría hacer tanto a la calidad de los juegos como al disfrute de los jugadores.
Destiny 2: Forsaken ya está disponible para PC, PlayStation 4 y Xbox One.
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