Según un informe de Reuters, el presidente de Nintendo, Shuntaro Furukawa, señaló que la producción de la consola Switch en China se está viendo afectada por el reciente brote del coronavirus. Hasta esta semana, más de 7.000 personas se han infectado con el virus mortal, y hasta ahora se han registrado más de 170 víctimas mortales. Las autoridades chinas se han apresurado a contener la propagación del contagio en medio de los temores mundiales de un empeoramiento de la crisis en el horizonte..
Esto se produce apenas unos días después de que se cancelara un campeonato de videojuegos Pokémon en Hong Kong, tras elevarse el nivel de respuesta del brote a emergencia. La Organización Mundial de la Salud también ha declarado formalmente el coronavirus como emergencia sanitaria mundial. Otros eventos de juegos también se han visto afectados. Los eventos chinos de League of Legends y CS:GO también fueron cancelados.
Aunque la consola híbrida portátil ha tenido un éxito masivo desde su lanzamiento en 2017, ha habido baches en el camino. El problema más infame, aparte de la escasez de unidades, son los todavía extendidos problemas de deriva de los JoyCon. Nintendo comenzó a ofrecer la reparación y el reemplazo gratuitos el año pasado. Pero seguir teniendo una tasa de fallos tan alta para un periférico de 80 dólares es inaceptable para la mayoría.
A pesar de estos problemas, la Switch ha superado a la Xbox One en términos de ventas en tres años, con 52 millones de consolas vendidas. La fuerza y la variedad de la gama de Switch han provocado un enorme apoyo a Nintendo. Está claro que la compañía ha aprendido muchas lecciones de los fallos y éxitos de Wii y Wii U a lo largo de los años.
Queda por ver si estos déficits de producción continuarán. Pero como el coronavirus sigue extendiéndose por todo el mundo, y hoy se ha confirmado el primer caso entre personas en Estados Unidos, es probable que esto no sea lo último que oigamos de la nueva infección viral. Es difícil decir hasta dónde puede llegar la crisis, pero sería prudente moderar cualquier pánico o expectativa de problemas que afecten a la economía mundial por ahora.
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