El Sindicato de Trabajadores de Alphabet es el resultado de un esfuerzo organizativo de años en las oficinas y proyectos de Google, y por fin está listo para hacerse público. El nuevo sindicato pretende representar a los trabajadores de la empresa matriz de Google y sus diversas filiales. Hasta el momento, el sindicato se ha puesto en marcha con la firma de más de 200 empleados.
El sindicato estará representado por Communications Workers of America como organización matriz. El sindicato ha publicado una declaración en la que expone algunos de sus planes de futuro para fomentar la solidaridad y el poder entre los trabajadores de Alphabet.
Elegiremos representantes, tomaremos decisiones democráticamente, pagaremos cuotas y contrataremos a organizadores cualificados para garantizar que todos los trabajadores de Google sepan que pueden trabajar con nosotros si realmente quieren que su empresa refleje sus valores.
Esto es histórico: el primer sindicato en una gran empresa tecnológica por y para todos los trabajadores tecnológicos, declaró Dylan Baker, ingeniero de software de Google. Desde luego que lo es, y les deseamos mucha suerte.
La iniciativa llega tras años de trabajo por parte de muchos de estos organizadores. Otro acontecimiento de alto perfil que condujo a esto fue el escándalo del Proyecto Maven. En 2018, miles de los trabajadores firmaron una petición contra una asociación del Departamento de Defensa de los Estados Unidos con Google para utilizar el reconocimiento facial como herramienta antiprotesta. A Google le gusta afirmar que solo se habría utilizado para rastrear criminales peligrosos. La realidad es que las fuerzas del orden recurren sistemáticamente al reconocimiento facial incluso para delitos menores, a menudo porque no se ponen límites al alcance de las fuerzas del orden, mientras que éstas se resisten sistemáticamente incluso a una reforma inofensiva. Teniendo en cuenta este telón de fondo, no es de extrañar que la gente no quiera ayudarles a encarcelar a más personas.
Más tarde, 20.000 trabajadores de Google protagonizaron una huelga por la gestión del acoso sexual en la empresa. Decir que esto era necesario es quedarse muy corto. Y a juzgar por el pasado antisindical de Google, queda un largo camino por recorrer.
El sindicato tendrá que reunir el apoyo suficiente de los 120.000 trabajadores de Alphabet para formar un sindicato y votar sobre la perspectiva. Como suele ocurrir en estos casos, Google contratará sin duda a un bufete de abogados antisindicales y hará una propaganda antisindical desenfrenada. En los últimos tiempos, Google ha contratado con este fin a IRI Consultants, una de las principales empresas antisindicales.
¿Podrían ser los videojuegos los siguientes?
En la industria del videojuego ha habido muchos intentos de sindicación, sobre todo en los últimos años. También ha habido un esfuerzo igualmente tenaz para romper esos sindicatos. La gente del Reino Unido consiguió formar su propio sindicato de trabajadores del juego hace algún tiempo. Por otro lado, gente como Strauss Zelnick, consejero delegado de Take-Two, ha manifestado abiertamente su oposición a los sindicatos. Aunque, dada su historia con las cajas de botín y su retórica favorable a los inversores, no resulta sorprendente.
Así que si los videojuegos no pueden seguir los pasos del Sindicato de Trabajadores de Alphabet es una gran incógnita. Aunque todos los esfuerzos de sindicalización llevan su tiempo, puede que aquí haya una lección que merezca la pena aprender. Es el activismo a largo plazo el que romperá la oposición al poder colectivo, y dará a los trabajadores más poder como resultado. Y ese es el objetivo final del nuevo sindicato de Alphabet. En lugar de intentar atraer a decenas de miles de trabajadores al redil, la idea es construir una cultura más receptiva sin tener que formar parte necesariamente del sindicato. Un esfuerzo descentralizado pero unido como éste podría encontrar terreno fértil en la industria de los juegos, con los continuos problemas de crisis y otros problemas.
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