Se ha hecho esperar, pero el final de la saga Starcraft ya está aquí. Después de tantos años, la historia de una de las franquicias más legendarias de los videojuegos llega a su fin. Siguiendo el estilo de Starcraft II, si ya has jugado a alguna de las campañas del juego, ya sabes lo que puedes esperar: una interesante mezcla de mecánicas de RTS y RPG que ha sido el tímido paso adelante de Blizzard para el género de RTS en su conjunto.
Nada que no sepa ya quien esté babeando por jugar a la nueva expansión, y si quieres más, sigue leyendo.
Si bien esta continuación de la historia no es tan conmovedora o impactante como las iteraciones anteriores, tiene un peso inmenso. La sensación general y los temas de la campaña serán familiares para los fans de siempre. Las campañas de las distintas facciones son convincentes y ofrecen un cierre interesante a las distintas historias que se han desarrollado a lo largo de los años.
Dicho esto, algunas de las campañas se sienten un poco faltas de gravedad. La campaña de los zerg es una excepción, pero muchas de las misiones de las demás campañas tienen un diseño un poco anémico. A veces son creativas, ya que guían suavemente al jugador para que utilice todas las unidades del repertorio protoss, pero se sienten un poco anquilosadas después de Heart of the Swarm. Esto no quiere decir que sea malo, sino que no es tan divertido jugar con él desde el punto de vista mecánico.
La historia está muy bien escrita, como se espera de una expansión de un título AAA. La evolución de los personajes está bien pensada y hace serios intentos de dar un cierre satisfactorio a los elementos de la campaña basados en los personajes. Incluso teniendo en cuenta que puede ser difícil relacionarse con los personajes dada su naturaleza alienígena, la historia sigue manejando bien los momentos emotivos.
Las campañas anteriores hicieron un gran uso de las conversaciones con los PNJ como puntos de desarrollo del lore y de exposición. Lo mismo ocurre aquí, si no más, debido a que estos NPCs ahora funcionan como un punto crucial de relación entre los jugadores y otros NPCs.
El diseño de sonido en los títulos de Blizzard, y especialmente en StarCraft, siempre ha sido un punto álgido. Legacy of the Void no es diferente. Sinceramente, no hay nada serio que criticar hasta ahora en la expansión. La actuación de voz y la fidelidad de los efectos en general son insuperables. Lo mismo puede decirse de la presentación gráfica. Las unidades y sus efectos tienen un aspecto estelar y mantienen la atención del jugador centrada en la acción. E incluso en los ajustes más bajos, la presentación pretende agradar. Se podría trabajar un poco en la optimización del antialiasing en ciertas escenas para evitar caídas de rendimiento, pero por lo demás los aspectos técnicos parecen sólidos.
Aún no me he adentrado en el multijugador, pero espero grandes cosas como jugador veterano. Aunque no tengo ningún talento para el rápido estilo de juego RTS por el que se conoce a StarCraft, es probable que esto se traduzca en un montón de pérdidas en el multijugador cuando finalmente lo tenga en mis manos. Aunque sospecho que incluso las pérdidas serán agradables. También hay que decir que las mejoras realizadas en el matchmaking y en la interfaz de usuario general del juego se han mantenido firmes. No es un eufemismo decir que Blizzard ha dado muchos saltos en términos de diseño de interfaz de usuario y usabilidad durante la vida de StarCraft II.
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