Los ataques DDoS (Denegación de Servicio Distribuida) adoptan muchas formas y existen desde hace años en Internet. La esencia del ataque consiste en inundar un objetivo con tráfico basura de algún tipo, sobrecargando su red hasta el punto de que el usuario pierde su conexión saliente a Internet. En el caso de los juegos, los ataques DDoS son a menudo utilizados por jugadores malintencionados para forzar a sus competidores a abandonar la partida en un juego multijugador, forzando una victoria por defecto. El uso de estos ataques en los juegos, obviamente, arruina la diversión, por lo que muchas empresas se apresuran a tratar de sofocar a los atacantes, por lo general mediante la prohibición de sus cuentas en sus juegos.
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Tampoco ayuda mucho el hecho de que en los últimos años se haya producido una explosión en la popularidad y habitualidad de estos ataques online. Y dado que los ataques DDoS suelen estar vinculados a demandas de extorsión, luchas internas entre grupos de hackers y otras fechorías, también se ha producido un crecimiento considerable de los servicios DDoS de alquiler. Estas operaciones ilegales se comercializan a menudo bajo el término booters para dirigirse directamente a los jugadores que desean hacer uso de ellos para bootear a la competencia, de ahí su nombre. Se trata de servicios creados por hackers que comprometen servidores y PC con algún tipo de software de control remoto, robando esencialmente la máquina y su conexión para fines nefastos. El servicio DDoS utiliza entonces un simple portal web para enviar comandos a la red de bots, en nombre de los clientes que pagan.
Pero ahora, Ubisoft está tomando medidas para ayudar a combatir el problema en uno de sus juegos más populares, Rainbow Six Siege. Los jugadores que utilicen booters en Siege empezarán a recibir baneos permanentes del juego.
Ubisoft tampoco cejará en su empeño después de bloquear las cuentas, y enviará peticiones de cese y desistimiento a los servicios de DDoS por encargo que sean sorprendidos facilitando los ataques. Es probable que haya otros planes en marcha para frenar estos ataques en sus juegos, pero Ubisoft ha actuado con prudencia para evitar que sus objetivos sean detectados.
Sin embargo, cabe preguntarse si la vía legal será eficaz, ya que el volumen de redes de bots en la naturaleza es innumerable. Y siempre habrá más malware y más botmasters que quieran ganar dinero fácilmente monetizando estos hosts infectados. Y puesto que los servicios son ilegales por naturaleza, cerrarlos es a menudo muy difícil, si no imposible. Por supuesto, prohibir a los malos actores e intentar acabar con ellos es un buen enfoque, pero es una solución provisional. El problema es que no hay mucho más que Ubisoft pueda hacer sin gastar considerables cantidades de dinero en casos legales y conseguir también la cooperación masiva de las fuerzas del orden.
La reciente oleada de prohibiciones se debe a que estos ataques en Rainbow Six Siege se produjeron durante la expansión de contenidos Operation Ember Rise, lo que obligó a Ubisoft a tomar cartas en el asunto. Operation Ember Rise introdujo dos nuevos Operadores en el shooter online, así como un puñado de nuevas armas y herramientas para utilizar en las partidas. Ubisoft también modificó varios mapas para cambiar el metajuego. Otro cambio que introdujo la compañía, y que se sospecha que fue una de las causas de los ataques al juego, es que se resetearon las clasificaciones multijugador, por lo que los tramposos perdieron su progreso en las tablas de clasificación globales.
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